Una frase que no deja de sorprenderme es: “La materia es energía colapsada”, y realmente no tiene más explicación si nos atenemos al origen de la materia debido a una potente explosión de energía como lo fue el Bigbang.
O también la famosa ecuación de Einstein, «energía es igual a masa dividida por el cuadrado de la velocidad de la luz«, que reformulada, generaría masa a partir de la energía. Aunque se cuantifica que la cantidad de energía necesaria para crear un gramo de materia sería de 90 Tera julios, lo que es una barbaridad de factura eléctrica para el resultado.
Si atendemos al creador de la teoría cuántica, Max Planck, nos convence de que la materia solo se forma cuando existe un observador que interactúa con ella. Por lo que realmente, y comprobado por microscopía nuclear, cuánto más te adentras en la materia, al final encuentras el campo de giro del neutrón y el vacío, la nada. (que no tiene nada de vacío)
Según otra teoría, esta realidad que sostenemos con tanta intensidad es un holograma, un espejismo de energías en equilibrio, aunque si te despistas te puedes partir la espinilla con la mesita de centro, y tomas nota de la teoría, para intentar esquivarla a ella y a la mesita.
Se hace difícil creer en cosas no palpables, como se hace difícil ignorar las que son muy palpables (por ejemplo, el canto de la mesita)
Las energías, en cambio, podemos notarlas de muchos modos, la cinética al impactar la espinilla en el cristal de la mesita, que se convierte en mecánica, y posteriormente, en temperatura elevada en la pierna, al absorber el impacto y mantenerla para solucionar los daños.
Vemos la enorme energía de un perro al correr, de un glaciar al colapsar sus edificios de hielo, o la de un rayo partiendo un árbol.
En todas las manifestaciones físicas que nos rodean, seamos hologramas o no, (según Hooft o Maldacena lo somos) nuestro entorno y nosotros mismo somos energía y, como tal, nos hemos de saber tratar en consecuencia.
La milenaria técnica del Feng Shui, llevada hasta el nivel más científico, nos demuestra que los espacios de trabajo están afectados por corrientes energéticas que pueden, si no tienen el flujo adecuado, alterar nuestra producción, nuestra creatividad o nuestra salud en el peor de los casos.
Y las grandes empresas atienden a estos conocimientos con convencimiento, para aumentar todavía más su eficiencia y rentabilidad, y las empresas pequeñas, laboratorios y clínicas dentales, entre ellas, desconocen en su mayoría el poder creador y productivo de hacer que las energías circundantes actúen a tu favor.
Mi caso particular, al transformar el laboratorio según varias técnicas del feng shui combinadas con la última tecnología gps, en manos de una experta pionera, Gloria Ramos, me permitió darme cuenta de la influencia de la energía circundante. Una adecuada redistribución de espacios y sutilezas con la que se debe decorar un entorno, para generar unos cambios que son abismales.
La entrada del gobernador, o lo que es lo mismo, la entrada de la energía en tu empresa, define, si está adecuada, un acceso a la prosperidad.
Solo conociendo esto me encontré con un enorme potencial de regulación del flujo de trabajo. Porque en momentos de colapso, con solo cerrar el acceso de luz a esta entrada, me permite regular el flujo de nuevos trabajos y evitar un colapso en el laboratorio. Y no es la entrada principal al mismo, (que sería evidente la consecuencia) es una entrada que siempre estaba cerrada por ser de poco uso.
Las energías, en múltiples formas, nos rodean, y no lo olvidemos, nos habitan, llenan nuestro cuerpo con actividades, flujos, movimientos, conexiones y de una vida consciente, que los científicos todavía no saben cómo se crea, pero aún y así, se empeñan en saber curarla.
El Psicoprotésico no intenta curar nada, solo lee la información escrita con energía mental y electromagnética, en una biología única, de un paciente único que, cuando entiende lo que le descubre el informe de sus dientes y raíces, tiene la adecuada capacidad de autocuración y de gestionar su realidad holográfica para vivir plenamente según el proyecto que le ha tocado realizar.
Josep Grau
Psicoprotésico