Las necesidades y la alimentación del humano

Llegan las fiestas, deberíamos celebrar que estamos vivos y juntos, aunque este año algunos sólo podrán celebrar que están vivos, porque lo de juntos… quizás no nos dejen… ¿En qué momento dejamos perder nuestras libertades para decidir sobre lo más íntimo?.

Las sesudas mentes de políticos y de expertos, que no aparecen nunca, si es que existen, es posible que hayan dictado que no, que no se puede reunir la familia, especialmente en estas fechas tradicionales. Y es que la familia es muy peligrosa… sobre todo cuando se sienta junta a comer. La pregunta es, qué hambre y de quién, se quiere saciar.

No hay mucha más necesidad de comer físicamente en Nochebuena y Navidad, porque hay necesidades superiores no cubiertas, no es supervivencia de lo que estamos hablando.  Puede que sean necesidades de afecto, “mis padres siempre trabajaban” “ellos nunca me hacían caso” “mi hermano siempre me hace sentir de menos” “¿porque no oigo nunca buenas palabras para mi?”. Frases que resuenan atronadoras en medio de una cena o comida familiar basada en el Amor y la Unión. Pero la carencia y necesidad siempre se expresan.

La necesidad es un sentimiento que se deposita en la pieza 26, entre otros.  Este primer molar definitivo, ya estaba dentro del feto humano a los seis meses de la gestación, como los otros tres primeros molares, uno en cada cuadrante. 

Por lo tanto el futuro bebé ya vive y acumula en primera persona las necesidades de la madre, no solo en su estado mental (lo que piensa), sino en su estado bioquímico (lo que siente la madre), que le llega a través de la sangre, con las hormonas que secreta en su expresión emocional. Puede que esté intranquila por si el niño llega en el momento más adecuado, que cómo lo podrán mantener, que cómo irá a trabajar con el bebé, que si tendrá trabajo al regresar…  dependencias que cubren necesidades, si tenemos el mundo organizado bajo estos roles, y así lo tiene transmitido e integrado la mayoría.

Esta pieza 26 no saldrá a la luz hasta cumplidos los seis años de vida del niño, con todas sus experiencias previas vividas, con toda la protección y tutela del Alma de la Madre depositada en él. Y es que la labor de coaching de las recién materializadas almas de los niños hasta los seis años, la ejercen nuestras Madres, nuestras Mamás, nuestras Mujeres Coach con responsabilidad maternal, pues estos son los tres roles que ejercen las hembras de la especie humana, Madre, Mamá, Mujer. 

A partir del nacimiento de la pieza 26, y de los otros tres primeros molares, a los seis años,  las necesidades las gestiona el propio individuo, (con seis años ya son muy individuos) y veremos si gestiona igual o mejor que su madre éste y otros sentimientos. Aunque en esa precisa época el niño tiene un nuevo horizonte abierto, se convierte en intrépido explorador en busca de…, y allí interviene el Padre, el Papa, el Hombre que es su Padre, para sacarlo al exterior, para relacionarlo con el Mundo, y es allí donde empezará a relacionarse con sus propias necesidades, si se cumplen o no.

Pero volvamos a las cenas de Navidad, y reflexionemos sobre la alimentación. No para entrar en que si uno es vegetariano o carnívoro, haciendo juicio o prejuicio sobre uno u otro. Es un nivel de conciencia, la alimentación es definitivamente un nivel de expresión de tu necesidad. 

Repasemos los niveles de alimentación según evolución;
Planeta yermo, microbacterias generadas por la química del agua de mar en contacto con la lava submarina, su temperatura y sus minerales, ascensión a la superficie para captar energía solar e iniciar intercambios químicos, salida del mar a la superficie para extraer minerales de la tierra. Vegetación profusa, evolución de estructuras celulares en gusanos reptantes, que evolucionan en diversas especies que se alimentan de la vegetación. Proliferación de comedores de vegetación que evoluciona sin límite hasta que son comidos por depredadores evolucionados que aseguran la carne como alimento y, a su vez, regulan el sistema. Lenta evolución en los tres reinos hasta llegar al homínido que come un poco de todo, incluido a semejantes, y mientras evoluciona llega un punto que se plantea preguntas concienciales. 

Y es entonces, en la época actual, cuando se plantea sus necesidades de alimentación, si pasan por usos y costumbres adquiridos o si decide seguir otras argumentaciones o reflexiones. 

Pero es que nos hemos dejado una premisa, en un mundo en evolución constante, en un mundo que es circular, no solo en forma, si no en los ciclos, en un mundo que está hecho, como todo lo físico, de materia, que es uno de los estados de la Energía. En este mundo en evolución nos hemos quedado en apariencia, en el visible humano cómo el culmen. 

Y si seguimos un camino de evolución usando la lógica del ciclo, ¿no volveremos a ser solo energía? y ¿Cuál sería nuestra necesidad de alimentación entonces que volveríamos a ser seres “solo” de energía?… Buena pregunta, de hecho, muchos ya regresan al origen y se alimentan de agua y sol, exclusivamente.

Los sabios, pacientes y observadores orientales, (si no se occidentalizan) nos describen la energía con dos vertientes, Yin y Yang, como dos polaridades enroscadas, demostrando el dinamismo circular. Y si al convertirnos otra vez en seres de energía, nuestra alimentación sea también energética. Podríamos entender que la parte blanca se alimenta de vibraciones elevadas, del amor de las familias y de las personas, de la misericordia, de la compasión, del servicio incondicional, de la honestidad y la serenidad, o alimentarse de los propios flujos de los planetas en su avance cinético, o quizás directamente de la fuente de la que emanamos. Pero, ¿Qué ocurre con la fuerza opuesta?, con la parte negra, ángeles caídos o seres oscuros no materializados que reclaman su porción de energía densa, de energía de preocupación, de agobio, de tristeza, de incerteza por esta crucial situación provocada en la humanidad… debemos pensar en ellos, procurar que no tengan un enorme empacho…

Bromas aparte, es que si entrásemos en juicio podríamos estigmatizarlos, pero ya no existe el juicio. Existe el equilibrio, y en un mundo desequilibrado, con la humanidad entera presa de tristeza, manejada por medios oscuros, con fines más oscuros todavía, nuestra respuesta sólo puede ser la compensación, el equilibrio. ¿Cómo? Evitando que nuestras necesidades salgan a flote, procurando que nuestra alimentación sea ligera y sana, que nuestra expresión sea pura y alegre y nuestro amor por la familia se multiplique, porque ya no hay nada pendiente, con lo que hemos vivido, solo hay agradecimiento por estar juntos y vivos, disfrutando de una experiencia única en el crecimiento de la Humanidad

Hemos recorrido un largo camino, y el paso que hay que dar es decisivo, de nuestra percepción del mundo, de nuestros semejantes, de nuestro trabajo, de nuestra labor dentro de la sociedad, de entender nuestra conciencia, de lo que somos. Y es que, como nos dijo en noviembre de 2012 un guía turístico en Valladolid – México, “Somos seres de luz, en una experiencia material”.

Alimentémonos de Amor en estas Fiestas de la Familia y dejemos que las necesidades se diluyan junto con el juicio, la norma, la moral, la culpa y la mascarilla, todos ellos elementos inútiles en el mundo de Luz en el que estamos entrando y creando.

Feliz Navidad Consciente

Josep Grau
Psicoprótesico