El ciclo de la naturaleza y la caída del velo

Hola Colega, 

Esta semana ha sido convulsa, la naturaleza sigue impasible su ciclo y nos cambia las temperaturas, la luz solar y con ello nos pone a prueba en nuestra salud, si nos hemos preparado para el invierno, ahora lo sabremos.

Y así es la vida, ciclos y fractales a los que debemos saber interpretar y prepararnos. 
La evolución no ocurriría si no fuera porque imita la constante espiral de la vida. Y digo espiral y no círculo porque la espiral como la vida, evoluciona, a veces con la R, como lo que vivimos ahora, si estamos despiertos.

La Tierra gira sobre sí misma, y nunca en el mismo lugar, siguiendo a la atracción del Sol y éste, el giro navegante de la Galaxia. Como decía el sabio, “nunca te bañas dos veces en el mismo río”, porque nunca son las mismas circunstancias cuando repetimos una acción.

Un día te levantas, te crees que será un día normal y de repente todo ha cambiado. Sólo una cosa ha pasado, te ha caído la venda, o como dirían en Latinoamérica, “te ha caído la ficha”. Un velo que te cubría y que te impedía ver más allá de tus obligaciones, como Ser evolucionado. Eres un protésico dental, profesional de la salud, haces un producto sanitario a medida, y la mayor parte de veces, haces tu trabajo para un perfecto desconocido, no sabes ni su nombre, ni su edad, ni siquiera su sexo, como si los dientes fueran asexuales o ¿sí lo son? 

Solo sabes, que la noche anterior, quedaste enganchado a la pantalla, viendo unos vídeos docentes, enlazando uno tras otro, como si fuera una serie de Netflix, donde te explicaban que los dientes guardan la información emocional de la persona, a modo de válvula de escape para la seguridad del órgano que más electricidad gestiona en nuestro cuerpo, el cerebro. 

Y de repente empiezas a ver características emocionales, dolor, rechazo, separación… en esas piezas, en ese modelo de yeso que tienes delante, en la mesa, esperando que tú las trabajes y las ayudes recuperando su forma, recuperando su función, o por lo menos una de ellas. 

Pero para ti ya no es un paciente anónimo, sabes cosas de él, que ni él mismo sabe. Cosas que un psicólogo tardaría meses en descubrir y para ti es un libro abierto de par en par. Y sientes que tu trabajo cobra un valor, un sentido, muy diferente al que sentías ayer. Y no hay vuelta atrás. 

Como ese día, cuando eras un niño, que un amigo, más despierto que tú, te convenció que todos los padres, incluso los tuyos propios, incluso tus abuelos, tenían sexo de un modo regular, y esa imagen, ya no te la puedes quitar de la cabeza, eso es para siempre, no hay vuelta atrás.

Y es que nada es lo que parece, nada de lo que nos rodea tiene un solo valor, función y utilidad y en estos meses y años que vienen, iremos descubriendo cosas de nuestro mundo que jamás hubiéramos imaginado, fichas y velos cayendo en cascada, y nosotros encajando o desencajados dependiendo de nuestra conciencia.

¿Pero nuestro diente?, resulta que es un pozo de información y ha sido tratado como un mero elemento triturador de alimentos, o últimamente como un elemento de identidad y belleza. 

Me hizo gracia ese “gag” o anuncio en tv, no recuerdo, donde una hija le había regalado a su padre, ya abuelo, una Tablet de las buenas, esa de la manzana, y mientras hacían la comida en la cocina, le pregunta por ella, y su padre muy contento le dice que va de maravilla, mientras picaba sobre la pantalla la verdura para la comida, y luego la pasa por agua para meterla en el lavavajillas. La usaba de tabla de picar, y tan feliz con la tableta, desconociendo la fuente de conocimiento e información que contenía esa extraña “tabla de picar de cristal” 

Me imagino la cara que pondría el abuelo, cuando su hija con paciencia le fue mostrando las funciones y habilidades que tenía ese regalo. 

Así nos sentiremos cuando sepamos lo que esconde un diente, y como con lo del sexo entre los padres, es algo que no tiene vuelta atrás, entre otras cosas, porque sin él, ni tú ni yo, habríamos nacido. 

Vida y Muerte, ciclos de la naturaleza, como el ciclo de las estaciones, buscando también el equilibrio constante entre alegría y tristeza en el humano, como el ciclo de la homeostasis, que busca el equilibrio dentro del cuerpo biológico. 

En el diente es especialmente sensible y hace evidente que distintos planos de la realidad, también se equilibran. 

Estando el diente en el área de la creación de nuestra realidad desde la neurulación, en la zona cerebro relacional, vemos que, ante emociones muy fuertes, un diente concreto que acumula, en su esmalte, una información determinada en un área concreta, va soltando ese cristal acumulador de información electromagnética, va soltando esmalte para soltar lastre, soltar dolor, información que no quiere y no puede gestionar. 

Los dientes más afectados son los más emocionales, los premolares, pero en general todos pueden participar de una homeostasis emocional hasta exponer, en un punto determinado, incluso la dentina. 

La ciencia no da explicación definitiva a un fenómeno llamado Abfracción, que si el abuso compulsivo del cepillo de dientes, que si una presión exagerada en la oclusión desprende capas internas de esmalte…El nuevo enfoque de este fenómeno se llama Homeostasis, equilibrio o ciclo físico-emocional, donde dos planos subjetivos de la realidad, el plano mental que crea la realidad que nos rodea, el plano emocional de nuestra interacción con esta realidad, interactúan en el plano físico, donde colapsan estas realidades, haciendo reaccionar al obediente y honesto cuerpo, en su área de almacenamiento de la información más sensible, el diente. 

Es importante contemplar esta hipótesis de la homeostasis emocional en el diente y los estudiosos de la PNO y los Psicoprotésicos tenemos que observar, interactuar y documentar para que la ciencia pura avance, para que los velos caigan.

Feliz evolución, feliz despertar.

Josep Grau
Psicoprotésico

1 comentario en “El ciclo de la naturaleza y la caída del velo”

  1. Es interesante, la interpretación de las emociones reflejadas en cualquier parte del cuerpo, sin embargo en particular los dientes refieren datos asombrosos. Saludos